miércoles, 1 de abril de 2009

Lo albergado

Para curarme
busqué el interior huérfano
debí recordar lo que he sufrido
vidriar espacios
ventilar la sonrisa sobre el pasto mojado
afrontar este susto en la mirada
esta salva de ruidos
este lenguaje de escenas
nombrar por fin
esa atopía general.
...Ignoraba
que en el corazón del hogar casi aséptico
también había vida
objetos yermos que me preservaban
obligándome a aceptar el destino.


Eso aún no

La Posura tenía un patio violáceo sereno
decían que había dos
maridos enterrados en un macizo de lirios.
Con Oscar, Fernanda y el sol crudo de las tres
jugábamos
marginales
debajo de las parras.
Como azules tulipas yertas
atestiguaban
los agapantos silvestres
la emoción
o la busca
de eso aún no.
Continentes
todavía me abrazan
la resina del pino
el yuyal
en el viento crecido
como pistas selváticas
de un verdor
presente.


Cercenas

La casa que tenía algo de caminata
algo de gallos breves
de gritos internos
girasolea como sortija
minimal en su aljibe
sola
en el eje de la tarde
a las cinco amarillas.
¿Cómo decir patio
sin que se quiebre el barandal del recuerdo?

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